El Estado uruguayo todavía desconoce el resultado de los exámenes de laboratorio practicados sobre muestras de subsuelo, extraídas por militares estadounidenses que perforaron el territorio nacional a comienzos de los años 90. Se llevaron los resultados y nunca revelaron sus pruebas de laboratorio al Estado uruguayo. No supieron nada Ancap ni Dinamige. Tampoco los militares uruguayos que acompañaron a la delegación extranjera. Soldados y oficiales del Batallón de Ingenieros Nº 7 del Ejército Nacional acompañaron a un destacamento de un Cuerpo de Ingenieros del ejército de los Estados Unidos que perforó, a comienzos de los años 90, los yacimientos acuíferos uruguayos, y que a la vez extrajo muestras del subsuelo en casi todo el territorio nacional. La costosa operación militar, financiada enteramente por EE.UU., permitió desarrollar conocimientos científicos, así como reveló datos muy precisos de nuestros recursos naturales. Paradójicamente, ningún conocimiento llegó a manos uruguayas. Ni siquiera llegó a oídos de los militares compatriotas de Ingenieros Nº 7. 'Objetivo militar de carácter estratégico' 'Hicieron pozos en todo Uruguay', dijo una fuente militar. 'Después se llevaron las muestras y nunca dijeron nada', agregó el informante. Los militares uruguayos participaron 'para aprender la técnica' de la perforación; 'nunca supieron nada de las muestras', comentó la fuente, que habló a condición de permanecer en el anonimato. Sólo el Encuentro Progresista opuso en su momento una tenue resistencia en el Parlamento. Tanto blancos como colorados aprobaron que los estadounidenses supieran, más que los uruguayos, respecto a los recursos naturales de agua. El general (r) Víctor Licandro, presidente de la Comisión de Defensa Nacional del Frente Amplio, advertía, ya entonces, que los yacimientos acuíferos son 'un objetivo militar de carácter estratégico'. Pero no sólo oficiales y soldados de Ingenieros 7 se preguntan todavía qué habrá sido de aquellas muestras y qué conocimiento revelaron de nuestro subsuelo; (¿habrá más agua?, ¿podrá encontrarse petróleo?, ¿se podrá encontrar algún mineral de alto valor en el mercado mundial?). También se hacen las mismas preguntas los técnicos de la actual Dinamige, la Dirección Nacional de Minerología y Geología, así como los especialistas de Ancap, una empresa estatal de los combustibles que sólo recuerda perforaciones masivas en los años 50 y 60, a costo de la multinacional estadounidense Chevron en misiones técnicas tramitadas por la propia embajada de EE.UU. en Montevideo. Parecería que los parlamentarios del gobierno prefirieron un ejército y un Estado especialista en pozos, pero ignorante en reservas naturales. De la Embajada a la Presidencia El territorio uruguayo se sitúa sobre dos reservas de agua dulce; una es de las más importantes del mundo. El acuífero Raigón subyace parte de los departamentos de San José, Montevideo y Canelones. El acuífero Guaraní (que compartimos con Argentina, Brasil y Paraguay), se extiende por debajo de los departamentos de Rivera, Artigas, Salto, Tacuarembó y Paysandú. Un conocimiento de cuencas y acuíferos permite estimar las potencialidades de un recurso, abundante en Uruguay pero escaso en el mundo, que resultaría muy lucrativo, pero no es renovable, y se contamina con facilidad. Perforaciones y extracciones en los años 90 (después de la Guerra del Golfo en la que Estados Unidos comprendió la importancia estratégica de poseer recursos de agua), fueron gestionados por la Embajada de los Estados Unidos en Montevideo, mediante un expediente iniciado en Cancillería pero dirigido a la Presidencia de la República. El entonces gobernante Luis Alberto Lacalle decidió remitir al Parlamento la correspondiente solicitud de venia parlamentaria para autorizar el ingreso de las tropas extranjeras, como exige la Constitución. Así como legisladores blancos y colorados expresaron su beneplácito, tampoco interpuso objeción el entonces comandante en jefe lacallista, Daniel García, el ahora retirado teniente general. Pozos excavados a bajo precio, como pago a cambio La misión militar encontró casi ningún obstáculo para perforar campos privados y allí también extraer muestras del subsuelo, explicaron las fuentes consultadas. A cambio de la perforación, recordaron los informantes, el dueño del campo se quedaba con un pozo de agua en condiciones de uso, sin importar la profundidad que hiciera falta, y a un costo muy por debajo de los valores de mercado. Con el subsidio de EE.UU., las operaciones militares abarataban costos. Mientras tanto, claro está, iban extrayendo muestras de distintas capas del subsuelo. Un ejemplo significativo de pozo con fines extractivos, destacaron las fuentes castrenses, se encuentra en una chacra privada cercana al balneario Kiyú, al sur del kilómetro 65 de Ruta 1, en el departamento de San José. La propiedad está entre la Cuenca del Santa Lucía, un río que se desplaza sobre el acuífero Raigón, y un área subacuática, al sur de Rincón del Pino, sobre la plataforma marítima, donde yacen grandes volúmenes de agua dulce (sin cloruro de sodio). En estado natural, el agua del lugar podría ser comercializada como agua bruta para riego en los establecimientos agropecuarios, o ser potabilizada para consumo humano en San José, Montevideo y Canelones, donde vive la mitad de la población uruguaya. Entonces, como ahora, el lacallista Juan Chiruchi era intendente municipal de San José. Tampoco él conoció los resultados de los exámenes de laboratorio practicados en EE.UU., que nunca se conocieron en Uruguay, pese a que se trataba de muestras extraídas de una región potencialmente muy rica para cualquier emprendimiento comercial, ya sea público como privado.
Extraído de: http://va.prensa-latina.cu/militarizacion/articulos/agua/5.htm
No vas a creer, ayer de noche vengo llengando a mi barrio (el Cerr) y se cruza una luz increiblemente potente.
Era un ambulancia enorme y retacona, bien de película yankkie.
Venía saliendo de la Teja y se metió despacito al Cerro y siguió su rumbo hacia Santa Catalina. No decía AMBULANCIA, decía "AMBULANCE". Allí comprendí que era una ambulancia del comando sur que hizo ese hospital en Sta Catalina. Me quise bajar te juro, a putiarlo y a gritarles "yankkie go home" jaja, te juro pero no me dió el tiempo.
Toy seguro que si lo hacía, más de uno me miraría como un bicho raro (en mi propio barrio) anti imperialista, pero bueno, así sera siempre que haya mentira, siempre habrá ignorancia.
Prentendo estar ahí el sabado, voy a hacer lo posible.
Un abrazo!
ARRIBA LOS QUE LUCHAN!